Selección de entrevistas

Fotografía de Javi Julio
«Una nueva guerra en el Sáhara sería un desastre»
Hassanna Aalia vive refugiado en Euskadi. No puede volver al Sahara Occidental, su casa, porque un tribunal militar marroquí le condenó en febrero a cadena perpetua. Fue juzgado en rebeldía, en un proceso irregular, por participar en la acampada de protesta de Gdeim Izik, de 2010. Durante 28 días, los saharauis de los territorios ocupados se sintieron “libres” en su propio país, explica Hassanna Aalia (El Aaiún, 1988), activista.
En cada ordenador, una trinchera
Hay publicidad en el autobús y en el metro. Incluso en la bolsa del pan. Coca-cola quiere que te levantes del asiento y Bankia, que le des cuerda a un engranaje. Kutxabank anuncia que va a rehabilitar un edificio en San Sebastián para realojar a desahuciados. Este último mensaje es mentira. Aunque dos pósteres de tres metros de alto venden esta idea en el edificio Bellas artes de la capital guipuzcoana. El antiguo cine, abandonado desde hace 30 años, se convertirá en un hotel de lujo.
Este mensaje forma parte de la guerrilla de la comunicación que el colectivo Enmedio enseña en el Taller de acción fotográfica (TAF), impartido el pasado fin de semana en San Sebastián. Desde hace seis años, este grupo de artistas afincados en Barcelona están troleando la publicidad exterior. Desde la ciudad condal, Oriana Eliçabe y Leónidas Martín, miembros de Enmedio, hablan de su experiencia como activistas.
¿Qué perfil tienen los integrantes del colectivo?
Somos unas nueve personas que mezclamos lucha social y arte. Hay fotógrafos, cineastas, diseñadores, etcétera. Algunos tenemos experiencia previa en iniciativas como V de vivienda y No vas a tener casa en la puta vida.
«ABC nos la pone dura»
Tres diplomáticos de la revista satírica Mongolia, Eduardo Galán, Darío Adanti y Fernando Rapa, visitaron, el fin de semana del 15 de diciembre, Bilbao. Después de publicar en un año siete números y dos especiales (verano y Navidad), el viernes recogieron el premio de diseño Gràffica, que otorga el periódico homónimo de noticias en Internet. El sábado, con resaca de vino y pinchos, presentaron la publicación en la librería Shópa, en la Alhóndiga, un espacio que les recordaba a “la cabeza de Zapatero, con su mesita rosa y sus cositas bonitas”. En esa mesa ratonera, sentados en sillas para tomar el té, los tres mongoles respondieron a la entrevista como si fuesen los seis miembros del equipo, aunque en verdad son solo uno: Mongolia, el país que nos enseñó a disparar con el arco montados a caballo. Y, eso, es para estar agradecidos.
En la revista Mongolia, la sección Reality News (la parte de noticias reales) está redactada con colaboradores de otros medios, pero puede que haya un mes en el que no tengan material, ¿no daría más seguridad tener un equipo propio?
Somos una revista pequeña y los medios económicos y humanos no dan para contratar a dos redactores que investiguen. Aun así, para nosotros es mejor tener a colaboradores dentro de medios como ABC, El Mundo y El País porque nos dan información comprometida que esas cabeceras no quieren publicar. Valen más para Mongolia en esas redacciones que con nosotros. Por eso, encargamos a Pere Rusiñol (antiguo subdirector de Público) la tarea de coordinar a una pequeña multitud de periodistas, entre diez o doce por cada número, que recaban la información para los reportajes de Reality News.
Reality News tiene una subsección dedicada en exclusiva a la casa real: Monarquía watch, ¿Tienen miedo de que se agote el tema?
La familia real tiene un 40% de gastos que están sin justificar. Entonces, hay un 40% de su vida que queremos contar, porque no sabemos en qué se gasta ese dinero. Además, la monarquía, hasta ahora, ha vivido fuera de la transparencia que, con sus noticias, dan los medios. Salían determinadas cosas, en general, de prensa rosa. Pero no iban al corazón de la cuestión: por qué el rey se va de vacaciones y lo pagamos todos, por qué cuesta tanto su yate, por qué tiene una finca de patrimonio nacional para cazar perdices que pagamos entre todos, etc.
«El periodismo no se muere ni está en crisis, porque vive en los grandes reporteros»
Xabier Iglesias entrevista en el libro ‘Seguimos informando‘ a ocho periodistas inquietos, ‘freelance’, reconocidos por su trabajo. En él dialogan sobre el oficio de narrar y constata que, a pesar de los problemas de los medios de comunicación, el periodismo no desfallece.
El donostiarra Xabier Iglesias (1981) descubrió en las calles aledañas de los medios de comunicación que hay un puñado de periodistas que se mueven libres, sin rendir cuentas: son freelance. Están escribiendo el relato de lo que palpita en los ciudadanos y no atienden a los gritos de pánico de los editores. En el libro Seguimos informando, Iglesias entrevista a ocho de estos cronistas (Zigor Aldama, Martin Aldalur, Mikel Ayestarán, Ander Izagirre, Daniel Burgui, Antonio Pampliega, Alberto Arce y Xavier Aldekoa), “una generación estrella”, según su autor. Y para certificar esta categoría, también incluye dos relatos de muestra por cada periodista. En este primer tomo, de una futura trilogía, reivindica la forma de hacer reporterismo de los freelance, en las dos siguientes entregas Iglesias se centrará en los fotoperiodistas y en las mujeres cronistas.
En su libro entrevista a ocho reporteros reconocidos por sus reportajes, pero que muchas veces no encuentran quien publique sus historias, ¿por qué hay esta contrariedad?
Los medios de comunicación se han convertido en negocios que no tienen ni idea de periodismo y han decidido dejar de ejercer como cuarto poder, le dan la espalda a las historias comprometidas. En cambio, con el libro quiero reivindicar los buenos reportajes que sí sirven a la sociedad, para justificar que la profesión no se muere, que no está crisis, porque vive en los grandes periodistas. Y, de esta forma, quiero volver a ilusionar a los lectores para que vuelvan a creer en una profesión atacada. Porque es normal, viendo la situación actual de los medios, perder la fe en la profesión.
En los reportajes que incluye de muestra, ¿hay alguna unidad temática?
Están más conectados por la forma en que trabajan los periodistas: son relatos que personalizan al protagonista. Y me he permitido etiquetarlos como comprometidos por el respeto que les demuestran. Es “periodismo con botas”, como explica Ander Izagirre, que busca las historias de primera mano, está en la calle y conoce a la gente. Además, los textos de muestra también sirven para demostrar que no hace falta irse lejos para encontrar buenos reportajes. La pieza de Alberto Arce, por ejemplo, es una crónica de la Huelga General del año pasado en Barcelona. Como explica Daniel Burgui, el periodista tiene que “patear la calle, debajo de su casa, para buscar las historias”, porque aquí también hay gente que lo está pasando mal y que tiene una historia detrás que puede servir para despertar esa visión crítica de la sociedad.
Puedes leerlo entero en Entrevista a Xabier Iglesias: primera y segunda página (PDF). Publicado en Noticias de Gipuzkoa el 21 de mayo de 2012.
«Al grabar a alguien que agoniza te pones una cortina en los ojos; si no, las lágrimas no te dejarían ver»
Alberto Arce se embarcó hacia Misrata para grabar desde el frente cómo los rebeldes libios tumbaban el cerco de su ciudad. Sus ojos vieron a una milicia de obreros y universitarios enfrentarse a las tropas de Gadafi. Un año después de la revolución, narra esos días en el libro ‘Misrata Calling’
El periodista Alberto Arce (Gijón, 1976) entró en el puerto de Misrata, Libia, aguantando la respiración. La bocana, de 500 metros de ancho, estaba minada por las tropas de Gadafi. La OTAN no podía con todas. «¿Capitán, hay minas en el mar o no las hay?», preguntó Arce. «Probablemente sí», respondió el oficial. El mismo barco que le llevó a Libia evacuó a los corresponsales extranjeros. Acababan de morir dos fotógrafos: Tim Hetherington y Chris Hondros, y la ciudad no era segura. En el frente, Arce fue un freelance que se jugó el pellejo por un minuto de vídeo y así lo cuenta un año después en el libro Misrata Calling (Libros del KO), que se presenta hoy en el Teatro Principal a las 19.00 horas. En el acto se proyectará también el documental Misrata, vencer o morir, codirigido por el periodista y el fotógrafo Ricardo García.
Si todo el mundo quería salir de Misrata, ¿por qué fue allí?
Los freelance tenemos que vender historias para vivir y, cuanta menos gente haya y más peligroso sea el sitio, más opciones hay. Aunque tengas que acercarte más que nadie.
Los rebeldes eran una milicia de obreros y universitarios, que atacaban tras votar en asamblea, ¿cómo consiguieron derrotar a Gadafi?
Ellos se concienciaban de que solo podían vencer o morir, así que cargaban hacia las líneas enemigas con un desprecio total por su vida. Y así ganan la guerra.
¿Se le contagiaba la fogosidad de los combatienes cuando atacaban?
Sí, se pega, porque duermes con ellos y comes con ellos. Y todas las mañanas me enardecía por lo que estaba ocurriendo a mi alrededor. Pero, por la noche, tenía que ser capaz de enfriar la cabeza, porque ese ansia es peligrosa y tú no eres un combatiente: tienes que salir vivo de ahí.
Puedes leerlo entero en Entrevista a Alberto Arce (PDF). Publicado en Noticias de Gipuzkoa el 1 de marzo de 2012. Con el documental Misrata, vencer o morir Alberto Arce y Ricardo García ganaron el premio The Rory Peck Trust en noviembre de 2011 (publico.es).