El pinar de la perspectiva
En el bosque de Oma, en Kortezubi (Bizkaia), cada árbol es esclavo de la perspectiva. Con cada paso se construye y se desfiguran los dibujos que viven en los pinos. Son los seres que el artista Agustín Ibarriola pintó en la década de 1980 en la corteza para que nos acompañen y nos vigilen mientras paseamos por sus caminos.
A nosotros, además, nos guió por el sendero un perro oscuro que marcaba el paso, nos enseñaba rincones nuevos para seguir mirando y, si alguien se quedaba retrasado, volvía para recogerle.
Cuando nos salimos del sendero y regresamos a la carretera, a Basondo, el perro desapareció, como un buen guía.